Crónica de la XXIX Estelcon a cargo de Antonio Cepas “Vardamir”.
Tras surcar los mares hacia y desde la XXIX Estelcon, en Númenor hemos querido hacer balance y buscar qué no debe faltar en tu mochila cuando te embarques en una travesía tan única y especial. Acompáñanos y toma nota.

Cuando los númenóreanos comenzamos los preparativos para este viaje, no podíamos sino alegrarnos de la buena suerte de este año: ¡habría piscina abierta en el hotel! Por fin podríamos sacar del armario nuestros flotadores con forma de barcos y nuestras espadas de goma. Así de contentos partimos el primer día de Estelcon… hasta que las naves que se acercaban a Valencia tuvieron que hacer frente a una tormenta inesperada, como si de cruzar el Caradhras se tratara. Fresquito en mayo vale, ¿pero un trueno enorme nada más pisar el hotel? Esto solo puede pasar en tierras falleras.
De ningún modo dejamos que nuestro ánimo pasado por agua decayera, y rápidamente nos desperdigamos por el recinto, viendo cómo se llenaba el Museo de Mathoms, abrazando con cariño a viejos y nuevos amigos, y buscando ya nuestro hueco favorito en la barra de la cafetería. Tras la Inauguración de esta especial fiesta de cumpleaños del Smial de Edhellond, que supo trasportarnos hasta La Comarca, también pudimos disfrutar del espectacular musical del Smial de Àrnor, con una divertida versión Disney de la balada de Beren y Lúthien.

Y aunque la noche se presentaba corta y seca, bravos enanos supieron saquear todas las bodegas de las que tuvieron conocimiento, algo que hubiera emocionado al mismísimo Bilbo Bolsón.
Así que para el primer día de Estelcon, en tu mochila te aconsejamos llevar: un paraguas con pararrayos y una llave maestra de bodegas.
El segundo día se planteaba lleno de actividades y talleres, un espléndido horario con charlas sobre palabras y sobre traducciones, ejercicios con espada y clases acuáticas, profecías (¿o prolepsis?) y estrellas, guerra y literatura… Socios y socias que pusieron todo el cariño en traernos un pedacito de la obra de Tolkien para disfrute de todos. Que pena no poder asistir a todo a la vez, y de que los días solo tengan 24 horas. Y siempre gracias a la mejor de las organizaciones, ¡cómo se nota que los elfos edhellondrim han perfeccionado el arte de reunir a la gente!

Con una espléndida Lectura de Cuentos adornada con una traca final de fuegos artificiales, y una Lumilindë que nos arrasó como una ola, donde todos quisimos vestir de azul Galatea, no podíamos irnos más felices a la cama. Los que se fueran, eso sí, porque esta vez las bodegas saqueadas habían sido las de los mercados cercanos de buena mañana, así que la música y el baile podían prolongarse una noche más.



Por tanto, para el segundo día de Estelcon, en tu mochila te recomendamos echar: un palantír con multipantalla y un vestido de olas marinas.
¡Ay, el tercer día ya, y nosotros aún con algas en el pelo! Entre asambleas y más actividades andaba la aventura, pero ya se notaba en el ambiente el nerviosismo previo a la Cena de Gala, allí donde se despliegan las mejores agujas del lugar. En las praderas Rohirrim ya sonaban los cuernos, en las tabernas las partidas de Cirya iban finalizando, y la Esteltienda bullía de expectación. Incluso los insensatos trasgos en comisión apuraban sus jarras ante la perspectiva de llegar tarde.
Pero nada malo ocurre cuando la Tierra Media y otros Reinos Peligrosos se ponen en marcha en conjunto. Espectaculares elfas con vestidos de colores, montaraces curtidos con ropas de camuflaje, magos clonados que se reconocen en la distancia, y cientos de otros seres bajaron por las escaleras y ascensores para reunirse ante las cámaras de fotos. Y ante las mesas en los pasillos. Y ante las galas de la cena. Y ante las canciones y los brindis y las cabalgatas y la felicidad de encontrar en un solo salón, en una sola asociación, a tan buenos amigos con los que compartir la copa y la Noche Intemporal. Y la vida, si es que una vida es suficiente para tan grata compañía.
Sin duda, para el tercer día de Estelcon, en tu mochila te sugerimos meter: una aguja mágica que cosa sola y una jarra irrompible para brindar infinitas veces.
No podía ser verdad que hubiera llegado el último día, pero así son las historias, todas deben terminar en algún momento. Cerramos el libro de esta maravillosa Estelcon con una Clausura más emocionante aún, con una bonita canción élfica sobre los 30 años de Edhellond, con un Dardo para el futuro, y con lágrimas de alegría en los ojos. ¡Qué listos estos elfos que hasta nos dieron pañuelos de forma preventiva!
Los barcos volvían a levar anclas y regresaban a sus puertos de origen, cargados con un botín de experiencias, pero también con bellos recuerdos de lo vivido. Porque en cada Estelcon no solo viajamos por las costas de Faërie… también navegamos juntos hacia lo que más importa: los lazos que tejemos al compartir esta travesía.
Sin duda, para el cuarto día de Estelcon, en tu mochila no puede faltar: un cofre para guardar los pedacitos de Estelcon que todos nos llevamos a casa e hilo rojo para nuestros lazos.
¡Así que marinero o marinera que nos lees, aquí te dejamos una mochila perfectamente preparada para que te unas a nosotros en el próximo viaje! ¡Por muchas Mereth Aderthad más!















































































